domingo, 17 de julio de 2011

Buenos Aires

Ni de mañana ni en la diurnalidad ni en la noche vemos de veras la ciudad.
(...) La mañana es una prepotencia de azul, un asombro veloz y numeroso atravesando el cielo.
(...) La noche es el milagro trunco: la culminación de los macilentos faroles y el tiempo en que la objetividad palpable se hace menos insolente y menos maciza.
(...) La tarde alista un fácil declive para nuestra corriente espiritual y es a fuerza de tardes que la ciudad va entrando en nosotros.
Jorge Luis Borges

1 comentario:

  1. el tiempo de las plazas y la tarde es el tiempo de Buenos Aires. Sólo los que miran más allá del mirar lo saben.

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